El espacio musical

Pensando en cómo es posible el espacio liso musical deleuziano me vino a la mente Henry Cowell, compositor con quien Cage se siente en deuda. La música de Boulez, según Deleuze y Guattari, es un ejemplo de espacio liso. Sin embargo, la de Cage y la de Cowell también podrían serlo, aunque desde distintas perspectivas.
Creo que Cage podría ser un ejemplo de la intención de "esuchar lisamente", de mostrar que aún el espacio estriado es una fora de cortar el espacio liso, de segmentar regularmente espacio que en sentido estricto es dividido siempre, aún tratándose de reglas establecidas y respetadas por siglos, arbitrariamente.
Creo que Cowell propone una manera de abrir las posibilidades, exceder el espectro de los alcances armónicos por el simple hecho de usar de otra manera las convenciones. Cage componía azarosamente, por ejemplo, Cowell, sin salir de las reglas de la armonía tradicional o usar otras reglas, como quizá Schönberg lo hizo, recurrió a usar todo lo que tenía a la mano. Quizá esta es una visión muy simplista del uso de sus "clusters", pero podría leerse como una manera de usar todos los tonos disponibles en el piano sin discriminación en pos de una búsqueda tímbrica en vez de la funcionalidad armónica. 
The Tides of Manaunaun podría ser un ejemplo de esa búsqueda, de esa explosión de los recursos armónicos que genera una sensación "marítima" en el oído, de mareas, de olas sobrecogedoras. 
Más allá de eso, es interesante que, mientras Cage demandaba al intérprete jugar un rol dislocante, como en 4' 33", Cowell produce otras relaciones entre la corporalidad del intérprete y el piano.
Elif Onal da una muestra de cómo otra forma de interpretar genera una relación casi dancística con el piano y con la música que emite a través de los recursos mecánicos del piano y de su cuerpo.
Por otro lado, la postura de su mano al tocar los clusters me recuerda esa de la tegatana, la mano espada recurrente en el budo, y con esto pienso en las distintas maneras de vincularse con el espacio, de habitar el espacio en prácticas físicas y corporales que abrevan del zen pero que, al igual que esta práctica, demandan tanto movimiento como quietud y una comprensión bastante compleja del espacio y del vacío, compleja mentalmente, porque en su simpleza práctica y experiencial es intuitiva  y aconceptual.
Coincidentalmente, de pronto algunas líneas de mi reflexión apuntan hacia Turquía (por Onal, pianista turca, desconocida para mí hasta hoy) y hacia Japón (por el propio Cage y su relación con el zen a través de Suzuki, así como por el budo, e incluso por le interpretación del tablero del go como espacio liso).
Me falta leer y conocer más sobre Boulez, pero intuyo a partir de la lectura deleuziana a la que me estoy exponiendo, que no distaría tanto de las que intuyo en Cage y en Cowell. 
Celebro las coincidencias que vienen que nacen de pensar y escuchar. Parece, de pronto, que no cayó en saco roto la reflexión y la lectura de mi trabajo recepcional de licenciatura, ahora cobran una relevancia peculiar aunque muy distinta a la que les di en su presente.

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